Este tiempo de cuarentena nos ha servido como familia en varias formas positivas.
Una de las más obvias que he notado como mamá es el desarrollo de la responsabilidad en mis hijos. Estando en casa, sin la habilidad de salir a otros lugares, me ha dado el tiempo necesario para enseñar a mis hijos muchas tareas y responsabilidades de la casa.
Por ejemplo: les he enseñado a guardar los cubiertos, tender sus camas, guardar su ropa, y sacar la basura. Con solo dos y tres años, mis hijitos están aprendiendo como ser parte de nuestro hogar. Se ayudan entre si cuando es un trabajo muy pesado, y así están aprendiendo la importancia de trabajar en equipo. Están aprendiendo que hacer un trabajo a medias no sirve y que tienen que dar lo mejor de si para completar una tarea. Están aprendiendo que tienen que terminar sus trabajos antes de jugar.
Sí, mis hijitos están aprendiendo mucho.
A la vez, yo también estoy aprendiendo también. Me estoy dando cuenta de que mi carácter fue formada en gran parte por mis padres. Estoy agradecida que me enseñaron a trabajar duro. Me estoy dando cuenta que muchas veces me falta paciencia cuando mis hijos necesitan que les repita las instrucciones vez tras vez. Estoy aprendiendo que enseñar a mis hijos como hacer algo es más difícil que simplemente hacerlo yo misma. ¡Hay momentos en que la “ayuda” de mis pequeños crea más trabajo para mí!
Al fin del día, el enseñar a nuestros hijos como ser responsables cuesta mucho. Tenemos que invertir tiempo, paciencia, y bastante cariño. Pero todo lo que invertimos vale la pena porque les estamos ayudando a ser personas con carácter. Y el buen carácter no tiene precio.